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Viernes, 29 de Octubre de 2004

Flor de otoño

autumn_color1.jpg

Después de un verano en el que se apoderaron de mi por turnos, la histeria, la astenia, la depresión, el hastío, y la más terrible de las perezas, por fin ha llegado mi época del año.
Todos los años florezco en otoño, y este año no iba a ser menos.
Tengo una vaga sensación de que este florecimiento será distinto de los anteriores...y mejor.
Es cierto que cuando empieza a llegar el frío (aunque este año el tiempo es un poco rarito, francamente) me siento mejor, con más ganas de hacer cosas y de enfrentarme a la realidad. En verano soy sólo una sombra de mi misma que se arrastra por los rincones lánguidamente, e incluso desaparece sin ruido por debajo de las puertas.
El crujir de las hojas secas, las castañas calientes, los tonos dorados de la montaña, el primer escalofrío dentro del coche que te obliga a mirar si aún funciona su vieja calefacción. Todo eso me da vida, me pinta una sonrisa en la cara, me insufla energía; la sombra que había huido vuelve y se hace plena, y allí donde era oscuridad, se convierte en una suave y cálida luz (con explosiones de bengalas puntuales, por desgracia, aún incontroladas :D).
Parece que la calefacción funciona. Pongo la música muy alta (Catalunya Música, el canal catalán de música clásica por excelencia) y miro al pasar la silueta del Montseny recortada contra el rojizo horizonte del atardecer.
Acelero.
Florezco.
Vivo.
Soy una flor de otoño.

Imagen: Mieko Agawa
Escuchando: Daphnis & Chloe (Maurice Ravel)

Moonsa alunizó a las 9:39 PM Permalink
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Jueves, 21 de Octubre de 2004

Blogosfera

sphere.jpg

Bueno, me estoy poniendo las pilas con el blog otra vez.
He corregido algunos links que han cambiado, he añadido un link en las publicaciones, y temporalmente quito el link al fotoblog para no crear confusión.
En cuanto a las publicaciones, el nuevo link es el de Weblog Magazine, una interesante revista electrónica que como su nombre indica, habla de la blogosfera y sus habitantes.
Incluso habla de mi :D, y si no vean. Es una entrevista que me hizo hace algún tiempo Antonio Cambronero, el responsable de Blogpocket y colaborador de la mencionada publicación, que por cierto se va a reír si lee este post y va a pensar que a buenas horas...
Pero Antonio, como a todos, te digo eso, que me voy poniendo las pilas :))

Imagen: Tzolkin Maya Skin for Ambient Light 3D
Escuchando: Iron and Wine "On your wings"

Moonsa alunizó a las 12:51 PM Permalink
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Lunes, 18 de Octubre de 2004

Fotoblog de baja por accidente

flors_w.jpg

Si por accidente, del fotoblog, no mío. Los señores de mblog han decidido cerrar, y mire usted que cosas, tantos mails de spam que recibo al día, y sin embargo las cosas importantes, no se me comunican. Me he enterado del cierre de mblog por un amigo que ha ido a ver mi blogo y se ha encontrado el error 404. Pero la cosa no acaba aquí. Entro en la página de mblog, www.mblog.com y leo que cierran porque no pueden seguir manteniendo ese servidor gratuito bla bla bla y pásmense! sin avisarme para nada con antelación, cierran todo, y ahora me encuentro con que ofrecen la maravillosa oportunidad de recuperar el contenido de tu blogo, por la módica cantidad de 35 $!!! Y yo, que como sabéis he estado una larga temporada ausente de la blogosfera, con un palmo de narices. Y yo, que tan cuidadosa soy con el weblog y hago siempre una copia semanal, NUNCA la hice del fotoblog :S. Claro que tengo todas las fotografías, pero tendré que volver a empezar. Así que pido disculpas por las molestias, y espero, en breve, poder enlazar La Cámara Oculta de la Luna a algún lugar, no sin cerciorarme antes de que sea un lugar un poco más seguro, si es que hoy por hoy, hay manera de cerciorarse de eso... Ays que temporadita estoy pasando :D

Imagen: Moonsa
Escuchando: Drops of Brandy (Bestiarium, un interesante grupo de música celta, nada menos que ruso...)

Moonsa alunizó a las 8:58 PM Permalink
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Domingo, 10 de Octubre de 2004

Wanted

atrapasuenos.jpg

Se busca con urgencia sueño modestito con alguna posibilidad de convertirse en realidad. En su defecto, serviría una ilusión pequeñita con unas mínimas posibilidades de realización. Razón, aquí.
Moonsa alunizó a las 4:39 AM Permalink
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Jueves, 7 de Octubre de 2004

Impresiones

vitrubio.jpg Ayer por la mañana, en un lugar de lo más prosaico, la Jefatura de Tráfico de Girona, por un momento sentí que el mundo sigue vivo, que hay una esperanza para el ser humano. Llamadme idealista, o simplemente llamadme tonta. Os lo cuento. Estaba sentada en las escaleras por las que se llega a las oficinas, esperando una llamada telefónica, cuando entro un chico de unos 35 años, y dejó atada a una perrita boxer a la barandilla de la escalera. Aunque la tranquilizó con palabras cariñosas, y en principio se quedó quieta y callada, a la que empezó a pasar gente, claro, se puso a ladrar. Y ahí es donde la muda espectadura, o sea yo, no tuvo más remedio que esbozar una sonrisa al ver que TODO el mundo cuando pasaba, le decía cosas a la perrita, le hablaban como si fuera una persona: "no llores que ahora vendrá tu dueño" "claro claro, no me conoces y te enfadas", y otros comentarios por el estilo, en voz alta, por gente que iba sola, y añadiéndole unas palmaditas en la cabeza o una caricia al animal la mayor parte de las veces.
Venga llamadme tonta, que me hace ilusión :D, pero yo sentí un calorcillo dentro pensando: "No todo está perdido".


vitrubio.jpg

Por la tarde cuando fui a trabajar vi caer las primeras hojas del otoño sobre el asfalto, delante de mi. Bueno no se explicarlo, pero otra vez el corazón se me llenó de algo indefinible. Aquí dejo estas impresiones, pequeños detalles que me ayudan a seguir camino cuando dentro y alrededor de mi hay una revolución que me está dejando agotada.
Uf me leo y sueno como si tuviera la sensibilidad a flor de piel. Y va a ser que si...

Imagenes: Archivo
Escuchando: Milagros Poblador (soprano)- Fragmento "Die Jakobsleiter" (no se que es esto, voy a averiguarlo ahora mismo porque es estremecedor)

Moonsa alunizó a las 9:46 PM Permalink
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Viernes, 1 de Octubre de 2004

Tinta sobre tiempo VII

beso.jpg

Viene del Capítulo VI

Después de comer volvió a casa paseando. Se sentía un poco pesado, porque el menú incluía unos canelones más que sustanciosos y una abundante ración de ternera con setas, regado todo con un vino tinto de la casa nada despreciable. El requesón casero con miel y el café con licor le remataron completamente.
Andaba sumido en una especie de agradable sopor, viendo el sol filtrarse por entre los chopos y las encinas, jugueteando con el polvo de ese modo tan característico que lleva inevitablemente a la ensoñación.
Esta tarde iba a dedicarla a la casa, ni siquiera volvería al pozo. Se daría una ducha y luego armado con azada y las enormes tijeras de podar de las que se había provisto a su llegada, seguiría abriendo el camino entre la indomable vegetación.
Así lo pensaba, al menos, pero cuando llegó la caminata no le había despejado tanto como esperaba, así que perezoso y condescendiente consigo mismo, se permitió tumbarse en el sofá.
Le despertó Conchi con un susurro, diciéndole que iba a salir por la noche, pero que no se preocupara porque la canguro, Marita, ya estaba allí y se haría cargo de los niños.
Una vez dado el mensaje estrictamente necesario, Conchi desapareció quedamente escaleras arriba.
Javier se lavó la cara y cogiendo todo lo necesario para dibujar algunos planos, lo dispuso ordenadamente sobre la gran mesa de la galería, y se sentó frente al ventanal para empezar a trabajar.
Dibujó un mapa general en el que se veia el pueblo, el puente sobre el riachuelo, la casa de Conchi, y en el camino que seguia adelante adentrándose en el monte, el sendero que habia empezado a abrir él mismo, así como el pequeño desvío que conducía al pozo.
Los críos, cansados de jugar al sol, se asomaron curiosos para ver lo que estaba haciendo, y empezaron a hacerle preguntas.
-¿Y es una casa muy grande? – preguntaba Marc con los ojos muy abiertos
-¿Pero de quien es, de mamá? – le decia Raquel empinándose sobre las puntas de los pies para inclinar la cabeza sobre su hombro y contemplar el papel.
-No se como es de grande todavía, porque aun tengo que abrir mucho camino para llegar. Y no es de nadie Raquel, esta abandonada desde hace muuuucho tiempo.
-Habra fantasmas, seguro – anunció Marc con cara de saber muy bien de lo que estaba hablando.
Raquel ahogó un gritito y hundió rabiosa su pequeño puño en el costado de su hermano.
-Y ratas – sentenció Marc, para mayor diversión de Javier y mayor terror de la pequeña.
Marita apareció llevando una enorme fuente de gazpacho para invitarles a todos a ir a cenar a la cocina “ya que la mesa es ahora el estudio de los mapas” dijo riendo, y desapareció por el pasillo en sombras seguida por los alborozados críos.
Javier recogió sus papeles con cierta desgana, y se fue a la cocina con los demás.
Marita era una chica de diecisiete años, gordita y pecosa, dotada de una inmensa paciencia y un sentido del humor igualmente inagotable.
Había tenido un par de novios, pero no le convencieron lo suficiente, y tal como le estaba contando a Javier, ahora intentaba conocer a gente nueva a través del chat.
-Yo no tengo internet en casa, pero cuando vengo aquí Conchi me deja utilizar el PC, y si sale por la noche, cuando los niños estan dormidos...
Le guiñó un ojo y luego miró a los pequeños gesticulando con el dedo sobre los labios de un modo exagerado, para indicarles que aquello era un secreto.
-Y has conocido a algún chaval interesante?
Sorbiendo una cucharada de delicioso gazpacho en el que flotaban trozos de verduras de la huerta, ella le contestó muy seria:
-No se puede decir todavía Javier, por Internet todo no es lo que parece, y hay que tener cuidado. De momento estoy conociendo gente, chicos y chicas, charlando, no tengo prisa. Para cazar a otro descerebrado como los que ya tuve no hace falta conectarse a Internet, le das una patada a una piedra y salen diez- Marita se reía de un modo muy contagioso mientras le contaba esto- y para encontrar una perla, hay que buscar, con cuidadito, sin prisa, pero sin pausa, ¿entiendes?
Desde luego la entendía, y además le encantaba la manera de contarlo que tenía la canguro, con esa pizca de acento de Algeciras que aun conservaba de su niñez y de su familia, y moviendo los ojos pequeños y verdes como un gato que persiguiera sin cesar con la vista el vuelo de un insecto minúsculo.
Después de la cena los niños se instalaron ante el televisor, y en el mismo sofá se quedaron dormidos.
Ayudó a Marita a llevarlos a la cama y acostarles, y la dejó a ella en el estudio de Conchi, absorta ante el PC.
Entonces decidió salir, a pesar de la oscuridad, de lo intempestivo de la hora, no pudo resistirse por más tiempo al deseo de acercarse a su misterio, así que cogió la linterna, y se fue camino adelante, con intención de acercarse al pozo.
Sin tener ningún motivo lógico para hacerlo, se desvió por el senderillo del pozo con la linterna apagada, sigiloso como un duende, intentando evitar en lo posible cualquier ruido que le delatara...ante las sombras de la noche.
Oyó un tenue chapoteo, un murmullo de origen probablemente animal, y cuando llegó al pozo se encontró cara a cara con un hermoso ejemplar de felino, de pelaje largo y rojo y ojos de color de ámbar, que le observaba en la oscuridad con tal expresión que recordaba al mismísimo gato de Cheesire.
Se observaron un instante, decidiendo a quien de ambos pertencía el territorio, mientras detrás del pozo se escuchaba un crujir de arbustos y un rumor de pasos que indicaban a las claras la presencia de otra persona.
El animal salió disparado en pos del ruido, y Javier intentó salir detrás, pero en su precipitación tropezó con el tocón cortado de un árbol, y cayó cuan largo era sobre un incómodo lecho de matorrales espinosos.
Enfadado por su propia estupidez, y ya con la linterna encendida, enfocó el haz de luz hacia todos los rincones sabedor de que ya nada iba a encontrar.
Se había golpeado con fuerza la rodilla y estropeado las palmas de las manos, que le escocían, llenas de raspaduras y de granitos de tierra húmeda.
Decepcionado volvió sobre sus pasos hasta llegar a una roca grande que señalaba la proximidad de la casa de Conchi. Allí se sentó, mirando la fachada de piedra iluminada por el farol de la entrada, observando a las hormigas voladoras arremolinarse bajo el haz de luz azulada, escuchando la melodía ronca de las ranas en el pequeño embalse artificial que había tras la masía.
De repente se sintió incómodo, consciente de un modo extraño de estar perdiendo el tiempo, de estar evitando sus problemas reales persiguiendo leyendas como un chiquillo. Recordó a su ex, pensó sólo un instante en que tendría que volver tarde o temprano a la realidad, en que se le terminaria el dinero, en que quizas, como solía decir su madre, se estaba comportando como un inmaduro otra vez.
Seguía mirando el haz de luz del farol repleto de hormigas hipnotizado, cuando escuchó el motor del coche de Conchi, y enseguida el rugir de otro motor, mucho más potente, probablemente el de una ranchera grande.
Se agazapó insconscientemente en la oscuridad para no ser visto. Conchi bajó de su automóvil, y una mujer más alta, de cabello rubio clarísimo, seguramente teñido, bajó de la ranchera.
Las dos mujeres se abrazaron bajo el farol, y acto seguido la más alta besó a Conchi largamente en los labios, y se marchó sin decir nada.
Javier vió sorprendido como Conchi se quedaba plantada en la puerta, con las piernas separadas, los brazos caídos al lado del cuerpo, y una tristeza inmensa reflejada en el rostro que se veía intensamente iluminado por los faros de la ranchera que daba la vuelta para marcharse.
Sobrecogido por la escena que no debía haber presenciado, esperó a que ella entrara en casa, y luego se encaminó hacia el portal, cuya luz acababa de apagarse como si alguien hubiera corrido un imaginario telón.
La encontró en la cocina, sentada muy rígida frente a un vaso de leche helada que sostenía entre las manos con fuerza. Las lágrimas empapaban sus mejillas y la expresión de sus ojos al mirarle era, sorprendentemente, la de una niña asustada.
-¿Conchi puedo hacer algo? ¿Quieres que nos tomemos un te? O si quieres...
No pudo seguir, un sollozo ahogado le interrumpió y ella salió disparada escaleras arriba, dejando que el vaso derramara su contenido sobre la mesa y en el suelo, para regocijo de un gatito goloso que surgió de la oscuridad y se puso a lamer el charco complacido.
Javier cogió unas galletas y mordisqueándolas ensimismado se fue a su habitación.
Marita debía estar durmiendo porque no se veía ninguna luz encendida.
No entendía nada, salvo que al parecer la estatua de sal, después de todo, tenía un corazón.

Imagen: Archivo (retocada por Moonsa)
Nota: Pido disculpas a los que seguíais atentos esta historia por haber tardado tanto en retomarla. A partir de ahora espero poder poner los capítulos con más frecuencia. Besos a todos :***

Moonsa alunizó a las 5:32 AM Permalink
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