5 de Agosto 2004

Tinta sobre tiempo VI

FOTOTECA-AVELLANA.jpg

Viene del Capítulo V
La masía que buscaba estaba en las afueras del pueblo, en el lado opuesto al camino que llevaba a casa de Conchi, a poco más de un kilómetro.
Era una finca enorme, con campos cultivados, y las cuadras a rebosar de ganado vacuno, gallinas y conejos. Al entrar vió un par de tractores, dos 4x4 y un viejo Jeep. Una antigua y hermosa casa de piedra gris, donde probablemente vivía una de las familias más importantes del lugar, destacaba en el centro del cuadro, recia y orgullosa, rodeada de plantas de jardín esmeradamente dispuestas y cuidadas, hortensias de varios colores, grandes rosales, pensamientos... La puerta estaba entornada y en el escalón de la entrada se acicalaban dos cachorritos de gato, bajo la mirada soñolienta de un perro pastor que al acercarse Javier les olvidó por completo, para ponerse a ladrar alborozado, tal que si hubiera visto llegar a un viejo amigo.
Javier acarició la cabeza del noble animal sin temor, y una mujer menuda de unos cincuenta años salió al portal, cubriéndose los ojos con la mano para verle bien bajo el sol que se levantaba en el horizonte despertando la naturaleza con sus anaranjados reflejos, haciéndole cosquillas al ganado tras las orejas, acariciando los campos de maíz, jugando al gato y al ratón en los párpados de la gente del campo que le rezongaban porque ellos ya llevaban unas horas en pie.
Le pareció que el tiempo se detenía para permitirle observar todo aquel escenario hasta el más mínimo detalle. Oyó zumbar a las primeras moscas alrededor del perro, los gritos de algunos patos a los que no podía ver, el motor de un tractor ronroneando a lo lejos con pereza, azuzado por el payés que lo conducía intentando transmitirle brío, como si de un caballo se tratara.
La mujer le hablaba, pero Javi no la oía, estaba desmenuzando aquel paisaje rural, dejándose invadir la retina por el verde y el amarillo que lo dominaban todo, soñando manzanos y limoneros que ni siquiera había visto, ordeñando a las vacas con los sutiles dedos de su imaginación.
- ¿Oiga?- la mujer se había dado cuenta de su abstracción y esperaba pacientemente, recordándole que estaba allí sólo con esta palabra, que pronunció bajito, como temiendo arrancarle de su ensueño.
- Ay perdone-sonrió Javier un poco avergonzado-es que soy de ciudad, y me he quedado ensimismado viendo esto. Es una hermosa mañana, ¿no cree?
- Cómo la mayoría de las mañanas de verano, si no hay tormenta- le respondió ella con una risita condescendiente-que eres de ciudad ya se te ve...- y otra vez en el aire la frase “que eres pixapins...”.- pero dime¿ te puedo ayudar en algo?
Sin ningún recato volvió a explicarle la confusa historia de los amigos que creían tener sus orígenes en el valle, añadiendo que en el bar le habían enviado a esta casa.
- En que bar? En el pueblo hay tres
- En uno que tiene una cafetera enorme de color granate y plateado –dijo rápidamente, porque no se había fijado en el nombre del bar, pero estaba seguro de que no podía existir otro mastodonte de primeros de siglo como aquel en ningún otro establecimiento de la misma localidad.
- Ah en Can Bas- confirmó ella- pasa pasa, el “avi” está desayunando, luego tiene que ir a ver unas tierras con el jeep, porque seguramente hay que desbrozarlas, por los incendios. Pero me parece que si le preguntas sobre las casas viejas de aquí aplazará la salida tanto como haga falta- la mujer volvió a cacarear bajito, como disfrutando íntimamente al pensar en su tío, y en como iba a amarrar al forastero a la silla hasta que le hubiera contado la vida y milagros de varias generaciones de lugareños- Avi, hay un joven aquí de Barcelona que le quiere preguntar unas cositas.
- ¿Qué cositas?- preguntó suspicaz, levantando una ceja blanca y pobladísima que a modo de visera parecía proteger sus ojillos grises, inquietos y pequeños, unos ojos brillantes de ardilla que lo escrutaban todo hasta llegar sin dificultad a lo más oculto y profundo del interlocutor.
- Busca una casa avi, en el valle, donde la iglesia vieja. Cerca de donde vive aquella chica aragonesa que se separó, que el marido bebía. ¿Sabe quien le digo?
- Y tanto que lo sé, la Conchi dices. Que tiene dos niños, la parejita. Ya es mala suerte irse a casar con un catalán y encontrar esa desgracia de hombre. Claro que no era de aquí –puntualizó como si eso lo aclarara todo. Se detuvo para mojar una rebanada enorme de pan en el tazón de café con leche, y ponérselo despacio en la boca, disimulando a penas un gesto de niño goloso. Masticó con infinito cuidado, y siguió
- La casa donde vive esa chica se la vendió mi cuñado poco antes de morirse, pobre Joan, porque era joven todavía, pero el cáncer no perdona. Ya ve, yo soy mucho más viejo pero como a mi no me ha tocado un cáncer, pues aquí me tiene, jodido del reuma, con la dentadura toda postiza, con la circulación hecha una porquería, pero vivo. ¿Qué casa busca, joven?
La sobrina interrumpió discretamente para ofrecerle una silla y un café. Aceptó con educación ambas cosas, y se dispuso a pasar allí , por lo que le habían contado, el resto de la mañana.
Cuando le explicó al anciano la historia de sus amigos de Barcelona, se vio acorralado respondiendo preguntas sobre esa familia que sólo existía en su imaginación. Estaba nervioso como un colegial, porque aquel hombre tenía la cabeza muy bien amueblada bajo la tosca boina con la que cubría los ya escasos cabellos blancos, y se sentía como si él fuera su nieto, a punto de ser pillado en una mentira.
Pepet no se quedó ni mucho menos convencido de lo que le contaba, pero el deseo de rememorar viejos tiempos, que por supuesto siempre eran mejores que éstos, le pudo, y empezó a repasar familias, oficios, guerras y anécdotas de todo tipo, con la minuciosidad del arqueólogo, y la incondicional admiración de Javier.
Oyentes así le gustaban al abuelo, interesados de veras en lo que contaba, preguntándole detalles y pidiendo aclaraciones. Después de todo aquel pixapins iba a resultarle un chaval estupendo.
Javier entretanto iba separando mentalmente el grano de la paja, entresacando de las explicaciones de aquel hombre las que él necesitaba.
Los habitantes de aquella casa se llamaban Riera, y se fueron a América en los años noventa del siglo XIX. Pepet no sabía porqué ( y eso parecía fastidiarle sobre manera), pero lo que si oyó comentar de pequeño es que después de irse la familia, los boletaires y cazadores que se acercaban a la masía, contaban asustados que se oían ruidos en la casa. Algún valiente tuvo la ocurrencia de pensar que alguien podría estar robando, o viviendo a escondidas en la vieja finca de los Riera, y por lo visto organizó una expedición (en la que participaron el padre y el abuelo de Pepet, por eso lo sabía) a la casa, una noche, para echar de allí a quienes fueran los que estaban importunando. Pero al parecer no encontraron a nadie. Volvieron varias veces, pero nada. Alguien puso en circulación el rumor de que allí había espíritus, y esos rumores en un lugar pequeño como aquel corrían como la pólvora, así que la leyenda inventó unos fantasmas que rondaban la casa de los Riera, de cuyo destino nadie sabía nada, a fin de protegerla de los extraños para restituirla a los legítimos propietarios cuando sus descendientes volvieran, algún día...
La identidad de los presuntos fantasmas tenía tantas versiones como la leyenda narradores, lo cual casi equivale a decir tantos como habitantes tenía el pueblo entonces, el pequeño pueblo del valle. Cuatro casas alrededor de la que hoy era llamada iglesia vieja, que con los años habían pasado a pertenecer al ayuntamiento de otra localidad mayor, haciendo válida la expresión popular de que el pez grande se come al chico.
La cuestión es que el asunto de los espíritus consiguió que la gente se apartara cada vez más de aquel territorio, y por lo que Pepet recordaba, cuando él era un chiquillo la casa ya estaba abandonada y la maleza iba ganando batalla tras batalla. Hoy por hoy no se la veía. El avi estaba realmente sorprendido de que Javier la hubiera encontrado.
El payés, que estaba disfrutando de lo lindo, seguía explicando historias, que ya nada tenían que ver con los Riera ni con la casa abandonada.
Javier escuchaba con educación, algunos relatos eran curiosos e interesantes, pero es que llevaba allí casi dos horas.
La sobrina hizo una providencial aparición para llevarse las tazas y los platos vacíos, y recordarle al avi que tenía que ir a mirar aquel terreno lleno de malas hierbas, no fuera que a algún chaval se le cayera allí un cigarrillo encendido y tuvieran un disgusto.
- Es que es muy tarde avi, iría yo pero tengo que ir a la piscina a ayudar a mi hijo con las comidas.
Ese llamado a su responsabilidad, a su importancia aún presente en aquella familia, consiguió el efecto pretendido por la solícita mujer, y el abuelo, mascullando una disculpa para Javier, se levantó de la mesa con una agilidad sorprendente para su edad, y cogiendo un recio bastón rústico que descansaba al lado de la chimenea, salió de la habitación andando rápido, agitando el cayado en el aire mientras rezongaba algo acerca de que los jóvenes de hoy no eran como los de antes, y que parecía mentira que el tuviera que ocuparse de eso con la edad que tenía.
La mujer le sonrió a Javier, totalmente cómplice.
- En realidad le encanta, pero le gusta protestar de todo. Es muy buena persona, pero supongo que haber sido el amo y señor de todas estas tierras y de varias casas, y ahora verse viejo y sin hijos que lo lleven todo, le agria un poco el carácter a veces.
- No tiene hijos?- se interesó Javier
- Los perdió a los dos en un accidente de coche, en la entrada misma del pueblo. Un camión se salió de su carril, era de noche. Les arrolló y hubo un incendio. Nadié sobrevivió. Eso le hizo mucho daño al abuelo. Y su mujer murió relativamente joven, del corazón.
- Sin embargo aún está lleno de energía
- Es por su carácter, pero ya tiene 95 años, mi marido y yo tememos el día en que se empiece apagar.
- Estoy segura de que le cuidan bien
- Le ha podido ayudar el avi?- ella desvió la conversación con el claro propósito de alejarle de allí, tenía trabajo, y ya estaba bien de abuelo y de visitas por hoy.
- Muchísimo, gracias a los dos.
- Venga a vernos a la piscina, se está allí en la gloria, y en el restaurante se come muy bien.
- Pasaré por allí se lo prometo
- Bueno pues que le vaya bien
- Gracias – respondió regocijado viendo que le echaban sin remedio.
Y se fue, no sin dar antes unos cariñosos golpecitos en la cabeza del perro pastor blanco y negro que dormitaba en la entrada.
Aquella visita confirmaba que su misterio lo era de verdad, incluso mucho más de lo que el hubiera imaginado.
Hacía mucho calor para volver a casa caminando y hacerse la comida.
Entró en la fonda del pueblo, y pidió un menú. Mientras se refrescaba con un clarete con gaseosa empezó a planear una salida por la tarde, en pos del pasado, de los espíritus burlones, de la leyenda que dormía bajo las espesas zarzas. Iba a conquistar la casa de los Riera, ahora tenía la certeza más absoluta. Y esto le hacía sentirse bien.

Continúa en el Capítulo VI
Imagen: Payeses de Vilaplana Página personal de Maria Besora Bonet
Escuchando: la lluvia...

Moonsa alunizó el 5 de Agosto 2004 a las 12:54 AM | TrackBack
Comentarios

Saludos amiga Montse, con la esperanza de leerte pronto con tranquilidad.
Besos!!

Escrito por odyseo a las 5 de Agosto 2004 a las 12:21 PM

Maravilloso, volviste . . .!!!
Muy buena la foto :)
Estoy imprimiendo el N° 6 para leerlo en mi almuerzo ;)

Escrito por La Peor de Todas a las 5 de Agosto 2004 a las 07:57 PM

Oye, qué maja la foto :D Me ha gustado la nueva entrega de la historia, lo malo es que como las espacias tanto, ya no me acuerdo del capítulo anterior XD

Escrito por Chihiro a las 5 de Agosto 2004 a las 09:23 PM

Hola Moonsa !!, gracias por los relatos, ya estaba esperando esta nueva entrega. El verano es aburrido y devoro blogs como si fueran galletas. Besotes. :-***

Escrito por Jean Bedel a las 5 de Agosto 2004 a las 09:54 PM

moonsa!!! hola linda!
no leí los relatos anteriores pero este me pareció muyyy buenooo!
describes muy bien, casi lo vi al anciano... la casa, el campo, toda la situación... y la foto es increíble,
besazos niña!

Escrito por Mon a las 6 de Agosto 2004 a las 08:31 AM

Pues sí que has escrito. Me pongo a leerte.

Escrito por g. a las 6 de Agosto 2004 a las 09:21 AM

Cuando acabes deberias reunir todo y mandarlo a un editor, es bueno.

Escrito por Morgia a las 6 de Agosto 2004 a las 09:18 PM

Pues Moonsa, que yo también me alegro de leerte, ¿Como va el calor? y ¿tús alumnos? Tus posts van perfectos, cada vez mejor. Que muchos besitos, que te cuides, que nos leemos!! :)

Escrito por Brisa a las 8 de Agosto 2004 a las 12:52 PM

Quin misteriiiiiiiiiii!! Cada vez se pone más emocionante la cosa!!!!!!!! Besos!

Escrito por Lyzzie a las 11 de Agosto 2004 a las 12:09 AM

Un desastre, ni siquiera comento a mis comentaristas :(
Bueno una disculpa y un abrazo a todos, lentamente me iré reincorporando :)) Y Javi también claro ;)

Escrito por Moonsa a las 11 de Agosto 2004 a las 02:24 AM

Después de esa desviación cósmica veo que has retomado el camino a casa.
Me alegro entonces....

Escrito por khandika a las 11 de Agosto 2004 a las 10:37 PM

jaja, sabes que me ha pasado al ver tu sexta parte de esta historia? he tenido que recurrir a la anterior! niña cada día se pone mejor.
Me encanta volver a leerte

Escrito por Gabriela a las 14 de Agosto 2004 a las 01:31 PM

Nos vas a hacer esperar mucho por el desenlace??

lua mordiendose compulsivamente las uñas :P

Dark kisses

Escrito por lua a las 15 de Agosto 2004 a las 09:54 PM

Moonsita, acaso no estabas de vuelta?
Se te extraña, apurate...
: *

Escrito por La Peor de Todas a las 17 de Agosto 2004 a las 01:39 AM

Nena, ¿quieres que te reguemos las plantas? POrque a este paso... XD

Petons

Escrito por Chihiro a las 17 de Agosto 2004 a las 06:24 PM

Hola wap@s :))
Gracias a todos por venir, y por seguir comentando a pesar de mis largas ausencias.
Dos cosas sólo, lo de las plantas Chihiro casi que si, y también les dáis de comer a los gatos :D
Y lua déjate las uñas porque como ya se coscó Turandot en su día, esto va para novela, o sea que hay para rato ;)
Muchos bessssosss :****

Escrito por Moonsa a las 18 de Agosto 2004 a las 04:50 AM

Qué es coscar???? Mmmmm
Holaaaaaa, ja trobava a faltar a sa meva nina :***
Que sepas, y te lo digo asi tan ricamente, que te he dejado la última pq esperaba este post como agua de Mayo, eh, y en serio, me ha encantado. Es que veo al Pepet, además, las conversaciones son tan ágiles y frescas, y sabes darle a cada personaje ese punto que lo hace único. Nada, que disfruto leyéndote; aunque eso ya lo sabes. Mientras leía, me imaginaba como deben ir creciendo los personajes y escenarios en esa cabecita tuya, es fascinante que los reproduzcas con tanto arte. :))
bueno, he llegado tarde, pero me lo he currado xDD
Voy a ver el último post, que me ha parecido ver un dragoncillo por ahi.
1 besada!

Escrito por Turandot a las 21 de Agosto 2004 a las 05:05 AM
Escribir un comentario









¿Recordar informacion personal?

















Gracias a:





Prohibida la reproducción total o parcial sin consentimiento expreso de los textos publicados en esta bitácora (Ver licencia )
Internet Explorer - Resolución 1.024 x 768 px