12 de Julio 2004

Tinta sobre tiempo V

barscenebooth_w.jpg (Viene de mi antiguo blog en Blogia que no tiene permalinks, pero en esa página están los capítulos 4, 3, 2 y 1)
Iba andando campo a través, con una vela en la mano, protegiéndola con la otra del fuerte viento que soplaba, tragándose las lágrimas. Pasó como una ráfaga, le apagó la vela, cayó al suelo y la miró desde un charco de barro. Sus dientes eran como los de una piraña. Sus ojos estaban surcados de venillas que parecían hilos de azafrán. Le miró pensativa y empezó a balancearse, tarareando algo con la boca cerrada. El se hundía en el barro sin dejar de mirarla. Tronaba, y llovía desde un cielo sin nubes con una claridad diurna incomprensible, porque era de madrugada cuando ella salió. Cayó un rayo en el camino, muy cerca de sus pies. Enric nunca terminaba de hundirse en el barro, que ahora era tan negro que parecía alquitrán caliente y lleno de burbujas que estallaban bajo la lluvia. La dominó el pánico, hasta el extremo de no poder andar. No recordaba por dónde había venido; el camino ya no existía. Quiso gritar, pero la voz no acudía a desatar el nudo de su garganta. Fue entonces cuando se dio cuenta de que soñaba. Deseaba gritar de verdad, quería despertarse, pero parecía imposible volver de ese territorio de pesadilla. Se debatió entre las sábanas, balbuceó como un bebé, y finalmente consiguió abandonar aquel mundo de tormenta y de cieno que la aterraba, sudando, y con la respiración agitada.
En su habitación Javier leía a Cortázar, esperando que el sueño llegara. Pero no llegó.
La mañana le sorprendió con sus primeras luces y sus primeros pájaros, sumergido en las páginas del libro, desertor del descanso definitivamente.
Desayunó sólo, nadie se había despertado aún, y dejando una nota se fue al pueblo andando. Había unos tres kilómetros de camino, pero no le importaba; lo que no le apetecía nada era ir en coche, además pensó que con el paseo conseguiría sacarse de encima esa sensación pesada que se sube a la espalda y pesa en el estómago cuando uno no ha dormido pero sigue sin tener sueño.
Se metió en un bar mal iluminado, donde la poca clientela estaba enteramente constituida por payeses de edad algo más que madura, con el rostro curtido por el sol, que se tomaban un café con un “raig”(1) para empezar el día. Todo el mundo le devolvió su educado “buenos días” y siguieron con sus carajillos(2) y sus comentarios cotidianos. EL dueño del bar llevaba un caliqueño(3) a medio encender entre los dientes, y leía el periódico plantado delante de la máquina de café, un viejo dinosaurio plateado y granate que milagrosamente seguía haciendo los expresos con una rica crema que manchaba el borde de los vasos y luego el de los labios.
Pidió un cortado con la leche natural, y sintió en sus ojos alguna que otra mirada perdida que parecía murmurar en la penumbra “joven de ciudad...” y dejar repiquetear después una risita, y otros ruiditos, como si usaran el eterno palillo para percutir entre sus dientes, reprobadores.
Dio las gracias, y el jefe le ofreció un croissant, que aceptó.
"Cómaselo hombre que es recién hecho de Cal Ricart, y está calentito y crujiente. Que en Cal Ricart los bisabuelos ya eran panaderos, y no hay nadie en el pueblo que haga las pastas como ellos, son un poquito caros, pero merece la pena "-ahí le guiñaba un ojo, cómplice de la compra de las preciadas golosinas-
Y Javier que lo empieza a comer por las puntas, con cuidado, sintiéndose observado.
“Eh! Que me dice? A ver si no es lo mejor que ha probado usted en pastelería?” y guiña el ojo otra vez, sonriente y orgulloso como si el croissant lo hubiera hecho el con sus propias manos.
Javier se dio cuenta de que tenía que aprovechar la ocasión antes de que todos perdieran el interés.
-Oiga jefe, mire es que yo soy de Barcelona
-Ya se le ve- interrumpió el dueño socarrón, y en el aire quedó flotando la frase “que es un pixapins(4)...”
-Pues verá, es que tengo unos amigos que me dijeron, que si venía aquí, que a ver si encontraba una casa donde creen que vivieron sus antepasados. Es que en los mapas no doy con ella.
-Ya la habrán derruido.
-Bueno yo he encontrado una en el sitio donde ellos me dicen, más o menos, pero está abandonada, y muy escondida entre las zarzas, es imposible acercarse.
-¿Cómo se llaman sus amigos de apellido?
-Sallés-improvisó Javier, conteniendo una carcajada. Se dio cuenta que estaba comportándose algo así como Hercules Poirot en una de las novelas de Agatha Christie que devoró en su adolescencia, y eso le hizo mucha gracia. Tanto más cuanto el no era un héroe de ficción, sino un idiota real que para huir de sus obsesiones existenciales se metía de cabeza en otras obsesiones, absurdas y de destino incierto.
-Sallés...-dudó un poco y se dirigió al grupo de payeses que apuraban sus vasitos- El que se casó con la niña de los Ferrer, que era carnicero, y se fue a Olot a trabajar, no era Sallés?
-Si – respondió el más viejo del grupo- la chica era muy pretendida, varios chavales de aquí se quedaron bien chasqueados con la boda, porque el era de Barcelona, sus padres venían aquí a veranear y al final el puso la tienda. Y cuando mejor le iba se fue a Olot a poner una mas grande. Una oportunidad, dijo. Esta gente joven...
Javier se preparó para oír una de esas historias de pueblo que incluyen árboles genealógicos enteros de parientes que se entrecruzan. Pidió otro cortado y se puso a escuchar al payés con atención.
El buen hombre hizo efectivamente una enumeración de conocidos y familiares hasta que tuvo ubicados a todos los posibles Sallés de la villa. Y al final le dijo:
-¿Pero donde ha encontrado la casa usted?
Él explicó la situación de casa de Conchi, dio el nombre de ella (“Ah si, la que tiene los dos niños, que se separó del marido, en buena hora, porque menudo desastre, y la mala vida que le daba, una mujer tan guapa y trabajadora...”)
-Pues allí que yo sepa no hay ninguna casa- aseveró el payés mirándole de arriba abajo, diciéndole claramente con cada milímetro de su cuerpo, que si el no sabía de alguna casa en ese lugar, es que no la había, y punto.
Un chaval alto y desgarbado, moreno y curtido como los otros, pero manifiestamente más joven, salió de un hueco oscuro que había al lado del monstruo del café.
-Mateu ya está arreglado. Era un desagüe que se había embozado, estas cosas las tenéis que mirar más a menudo, hombre. Papá – le dijo al payés(5) que estaba plantado delante de Javi-este señor lo que tendría que hacer es ir a hablar con Pepet. Si alguien sabe todas las casas que hay y ha habido en este pueblo, es el Pepet.
El padre le hubiera dado con gusto a su vástago una colleja, por llevarle la contraria, pero se contuvo.
-¿Y quién es este Pepet? –inquirió Javier, buscando un clavo donde agarrarse.
-El abuelo de Cal Pepet – contestó el chico.
Javier se estaba impacientando. Aquellas informaciones que para todos ellos eran tan cotidianas como el carajillo de las 8 o la misa de las 12, para él eran completamente crípticas y carentes de sentido. Todos los presentes le ofrecían “información” como si no se dieran cuenta de que él era un forastero.
El dueño del bar, que sin duda por su profesión era el que más bregado estaba en el trato con la poca gente de fuera que pasaba por el pueblo, le aclaró amablemente donde estaba Cal Pepet, y le explicó que el tal Pepet era un anciano nonagenario que aún trabajaba en el campo, previniéndole con otro de sus guiños contra la verborrea del viejecito, y las múltiples batallitas que se acabaría escuchando si le iba a preguntar por la casa en cuestión.
-Gracias, me arriesgaré.
-Son muy amables, ya lo verá. Vive con sus sobrinos, un matrimonio muy educado, gente de bien. Son los dueños de la piscina del pueblo. Ya verá como enseguida le harán pasar y le invitarán a café. Tómeselo con calma.- le sonrió el dueño
Javier le devolvió la sonrisa, y dándoles las gracias a todos, que le despidieron ruidosamente, salió del bar.
Continúa en el Capítulo VI

(Notas: 1.- Chorro de licor en el café 2.- Café con chorro de licor 3.- Tipo de puro 4.- Literalmente "meapinos". Se les llama así en los pueblos a los turistas de la capital que van allí a pasar el verano y los fines de semana, o a los domingueros 5.- Campesino catalán.)

Imagen: "Bar scene" Franklin Booth
Escuchando: Bebe - "Pa'fuera telarañas"

Moonsa alunizó el 12 de Julio 2004 a las 10:30 PM | TrackBack
Comentarios

bueno.. siempre me toca leer los capítulos de este cuento tuyo de madrugada o muy entrada la noche y veo que cada vez se pone más interesante. Espero que cuando acabes de publicarlo podamos acceder a él de manera completa, esto es: tenerlo todo juntito para poder relerlo, a mi me gustaría tenerlo. :) un beso Moonsa.

Escrito por Gabriela a las 13 de Julio 2004 a las 12:29 PM

Gaby pues no se me había ocurrido, pero cuando termine quizá lo ponga en pdf. Ya te diré algo ;)

Escrito por Moonsa a las 13 de Julio 2004 a las 05:22 PM

Lo imprimo y lo leo.

Escrito por g. a las 13 de Julio 2004 a las 06:20 PM

jejeje, asesoaramiento on-line ¡presente! :P
un beso

Escrito por Gabriela a las 13 de Julio 2004 a las 06:27 PM

Pues yo prefiero volver al blog y releerlo por capítulos :)

Dark kisses

Escrito por lua a las 13 de Julio 2004 a las 06:33 PM

Pues si lo pones en pdf yo me pido un ejemplar firmado ;p!! Esto cada vez se pone más interesante...La casa esa ya me tiene muy intrigada... Besos!

Escrito por Lyzzie a las 13 de Julio 2004 a las 08:17 PM

Lunita, la demanda va creciendo :D
Si lo subís, yo también lo quiero (pero no te olvides de los derechos de autor XD)

La curiosidad va en aumento y no puedoparar de leer. Si sigo leyéndote en horas de trabajo me van a echar... XDDDD

Besos!

Escrito por La Peor de Todas a las 13 de Julio 2004 a las 09:35 PM

Anirem passant amb la calma de les vacances. enhorabona pel nou disseny.

Escrito por mirandamar a las 14 de Julio 2004 a las 12:16 AM

¿Qué? ¿Te parece bonito? ¡¡¡¡Ya me has enganchado a "Tinta sobre tiempo"!!!! ¿Y ahora que hago yo con tanto "continuará"? Hrmpfffff!!! :O
;)

Escrito por Ike Janacek a las 15 de Julio 2004 a las 12:30 AM

En mi pueblo a los de Barcelona les llaman "quemaco" pero lo de "pixapins" tambien lo habia oido.

Escrito por Morgia a las 17 de Julio 2004 a las 06:18 AM

I a la fí sé alguna cosa més d'en Javi xD
M'encanta com ambientes el text, perquè talment sembla el bar del poble on tenc la caseta de camp, igual de xafarders, de metòdics amb els seus costums... a veure que li dirà en Pepet de profit...
Una besada nina :)
pd: m'he torbat en llegir pq la novel.la, crec que ja la hi podem dir així, val llegir-la amb temps per gaudir-la com Déu mana ;)

Escrito por Turandot a las 20 de Julio 2004 a las 07:51 PM
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